Viaje en autobús
Es muy típico que en año nuevo la gente empiece un régimen, en septiembre inicie una colección en fascículos y en verano se proponga leer por lo menos un libro. Aportaré mi granito de arena a la tradición recomendando el Viaje en autobús del maestro Josep Pla, donde podemos encontrar pasajes tan clarividentes como este:
«Ahora, todos quedaremos. Todos quedaremos en fotografía. Las fotografías que habremos producido serán tantas, que cuando un erudito tratará de encontrar la foto concreta de un señor o de una señora concreta, no lo logrará ni a tiros (…)
La cuestión está, pues, en fotografiarse para lograr la producción de un país fotografiado completamente. (…) Cuando estaremos todos fotografiados, no pasará nada, naturalmente. Los fotógrafos habrán ido tirando, más o menos. El volumen de los archivos será mayor. El número de archiveros también. La carcoma y el ratón de biblioteca tendrán un campo de actividad y de alimentación como jamás tuvieron. Y la confusión que de nosotros mismos sentimos, ¿no aumentará ante la cantidad exorbitante de imágenes que de nuestra persona van apareciendo?»
Sabias reflexiones. A muchos les sonará a lo de siempre, pero hay que tener en cuenta el hecho de que el señor Pla hacía estas consideraciones en al año 1942. (!) Aún no sabía que un día habría colgadas en Flickr 6.000.000.000 de fotos. (No todas buenas, todo hay que decirlo.) Aún no sabía que nuestro destino en la vida iba a ser fotografiarlo todo y no ver nada, que habría tipejos que se incrustarían una cámara en el cogote, que hasta los monos se iban a dedicar a esto, que habría un cochecito por ahí haciendo fotos full time en plan automático para mayor deleite de los dadaístas, que en gloria estén. No sabía nada de esto pero ya le parecía que se hacían demasiadas fotos, y acertaba totalmente por lo que respecta a la confusión.
Si Josep Pla levantara la cabeza, alguien le haría una foto.
Grande, este post.
Le hago una foto ahora mismo.
Excelente. Dejamos de observar hace tiempo… ya estamos viendo mal también… ¡Cuánta ceguera!