Aterrizando en Los Angeles

Esperando el coche con todos los trastos del mundo
Pensaba que yo era aficionado a llevar montañas de material, pero cada vez que trabajo con un equipo de video, me queda claro que no paso de ser un simple aficionado. Esta tendencia al gigantismo y la sobredimensión tiene sus ventajas, y el octocóptero no iba a ser una excepción. Uno está acostumbrado a un humilde Phantom y esto es un cacharro con todas las de la ley, que carga una 5D MKIII con toda solvencia y que me ha hecho replantearme mi carta a los reyes de este año. Una maravilla.
En el capítulo de gadgets me ha gustado especialmente el Cable-Cam. Una especie de tirolina de alta tecnología para hacer planos aéreos con total estabilidad. Ya sé que no descubro nada que no sepamos, pero un servidor es de pueblo y siempre hace ilusión ver estas cosas trabajando en directo
Por lo que respecta a las condiciones de trabajo, ninguna queja. siempre hay alguien que se encarga de mantener un suministro estable de grasas hidrogenadas, todo con tal de que no se pare la cosa.
Pues eso, que mis arterias y yo estamos encantados de habernos conocido y de haber mantenido una relación cordial hasta la fecha. Aún nos queda una semana, o sea que vaya usted a saber en qué acaba todo esto.