En recuerdo del Sáhara
Parece que en Marruecos se han dado cuenta de que a estas alturas, una masacre de más o de menos no va a indignarnos ni levantarnos del sillón. La crisis y Belén Esteban representan -por este orden- nuestras prioridades y una matanza en nuestro patio trasero tampoco parece que vaya a preocuparnos demasiado.

Tuve ocasión de visitar los campamentos hace un tiempo, son una forma de muerte lenta especialmente cruel. Vivir en un pedregal polvoriento aislado de todo, sin ninguna esperanza durante más de 30 años, mata lo más importante de una persona y de una sociedad. Las niñas de la foto se preparan para ir a la escuela. Su generación no ha conocido -ni conocerá- otra cosa que los campamentos. Cuesta pensar de dónde sacan la motivación para ir a clase cada día. A lo mejor es que han oído a la señora ministra diciendo que hay que «mantener la prudencia», que no se han podido «verificar las informaciones», y que ve «muy positivo» el encuentro y tal y tal
Qué país.