Una humilde proposición
Ya está en marcha el monumento que merecemos los usuarios de Canon
Ayer volví a llamar a Canon para quejarme por alguna nueva infamia, no recuerdo cuál, y hemos quedado en que -finalmente- me van a hacer un monumento en desagravio a las múltiples putadas con las que sus productos han tenido a bien amenizar mis jornadas laborales. Hablo de la avería de la 5D, del timo de 24-105, del flash que no funciona, de mi relación cada vez más intensa con los talleres de reparación.

La operadora que atiende regularmente mis quejas y lamentos, me sugirió situar el monumento en la Diagonal de Barcelona, en el cruce con Paseo de Gracia. Ella misma, me informó, se iba a encargar personalmente de hacer que retirasen el caduco e inservible monolito actual sin tardanza. Incluso me sugirió la idea de cambiar la frecuencia de los semáforos para que todos los conductores tuviesen tiempo suficiente de contemplar el nuevo monumento a placer.
Nunca antes había tenido la ocasión de disfrutar de un centro de atención al cliente tan servicial, de modo que me lancé a exponerle mi idea : Un grupo escultórico en bronce, con figuras de cuatro metros de altura representando el Consejo de Administración de Canon en el momento en que sus miembros se introducen sus deficientes productos por el recto como acto de desagravio. A mí me parece una imagen potente, innovadora, tal vez un poco atrevida, pero sugerente y transgresora a partes iguales. Cuando le expuse a la operadora la idea le vino un repentino ataque de tos que provocó extraños sonidos en el teléfono.
Sùbitamente se oyeron muchas más voces por el teléfono (al parecer habían activado alguna especie de manos libres) mientras la operadora me pedía que le detallase todos los pormenores de la propuesta. Me costó concentrarme por los alaridos incongruentes que me llegaban a través del auricular. Parecían incluso algún tipo de risas, pero la operadora me tranquilizó diciendo que se había colado una zarigüeya en la oficina y le estaban dando caza.

Tanta manía de los ecologistas con los bichos tenía que acabar forzosamente en algo así. Animales salvajes interrumpiendo el trabajo en una oficina, porque a juzgar por los sonidos, era evidente que el trabajo se había interrumpido. Ahora la operadora hablaba de manera entrecortada, al parecer porque se había atragantado con una galleta, según me dijo. Yo a todo esto, continuaba con mi exposición de la ceremonia inaugural. Mi propuesta de que los ingenieros encargados del diseño del 24-105 se hicieran el harakiri en la Diagonal fue recibida con grandes aplausos y alaridos feroces. No esperaba yo esta reacción, sino más bien algún tipo de cobarde evasiva ante mi propuesta, por lo que me mostré debidamente extrañado. Al parecer los aplausos se debían a que el encargado de mantenimiento había por fín dado caza a la zarigüeya.
Animado por tanta receptividad, me atreví a proponer una performance con los directivos de la compañía nipona vestidos de nazarenos azotándose la espalda o una lucha de barro con karaoke final, a escoger. El sonido que me llegaba a través del auricular me recordó la vez que metimos al gato en la secadora. La operadora me explicó de manera entrecortada que había caído un meteorito en las oficinas, y que de ahí la barahúnda de golpes y alaridos. Que le enviase la propuesta por escrito, o mejor aún, que les grabase un video para colgarlo en el youtube.
Han pasado los días y sigo sin recibir respuesta. A lo mejor es que lo del meteorito fue más serio de lo que pensaba. A lo mejor debería volver a llamar, porque no dejo de darle vueltas a lo del monumento y pienso que los usuarios de Canon nos lo merecemos. Es lo mínimo.
Crédito de la imagen: wilderdon
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