Si has salido de viaje ya sabes que la única cosa imprescindible es el telefonillo. El móvil te permite ahorrar ese tiempo que perderías mirando las cosas como si fueras un cavernícola pretecnológico del siglo XX. Ese tiempo está mucho mejor invertido enviando la foto al Instagram, chateando por el whatsapp y pasando con el dedo mensajes chorras.
Según el principio antrópico la edad del universo es la que es porque es lo que tarda el universo en crear la física capaz de calcularla. Aplicado a la vida moderna, un paisaje es interesante porque es lo que hace posible que hagamos una foto de un paisaje. Lógica circular de estos tiempos confusos.
Aquí les dejo la foto en cuestión y ya se ahorran un viaje. Para disfrutar de la dudosa experiencia del paisaje en directo, de momento hay que desplazarse. Una incomodidad que pronto vamos a tener que solucionar.
Empezamos el nuevo año con fotos de músicos. La idea inicial del retrato era un poco diferente, pero en estos días de invierno tan cortos si te despistas estás perdido. Hubo que improvisar y donde quería poner dos luces conformarme con una, por aquello de que el día se iba y no esperaba. Aprovechando ya que estamos para probar el 35 mm. de Hasselblad, que en principiio no sería el más adecuado para retrato. Semos asín. Ya sé que es una tontería pero el nivel de detalle hace ilusión.
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Y al final el día se fue, efectivamente. Una sesión rápida como pocas.
La gente va hasta el Salar de Uyuni para hacerse fotos saltando. Eso es lo que me pareció a mí. Fotográficamente hablando, una extensión blanca y un cielo azul no da mucho de sí, a menos que te vaya el rollo minimal japonés, o seas un artistazo de esos sensibles. En mi caso ni lo uno ni lo otro, o sea que ya ves. No quiero decir con esto que no sea bonito, es una maravilla, pero que a mi me da que disfrutas más guardando la cámara y haciendo eso tan raro y que parece que ya no está de moda: disfrutar del paisaje.
Actualización con rectificación:
Parece que sí hay una manera de hacer fotos resultonas en el salar. Cuando llueve se montan unos reflejos la mar de curiosos. Básicamente, se trata de aprovechar la temporada de lluvias, de Noviembre a Marzo. Avisados quedan.
Seguramente han leído por ahí multitud de consejos para la fotografía de paisaje astronómico. Algunos de ustedes pueden, incluso, haber estado tentados de inscribirse en alguno de los muchos cursos y charlas que se imparten. Todo eso está muy bien, y el interés que demuestran muy loable, pero no nos engañemos, todos los trucos y técnicas que los profesionales les van a explicar tienen un punto en común: son tremendamente trabajosos, requieren esfuerzo, dan una pereza que te mueres. Para empezar, hay que salir de casa, y encima de noche, y eso ya es un punto en contra. Los humanos normales tenemos una poderosa tendencia a dormir durante la noche, lo que es directamente incompatible con la práctica de la fotografía nocturna. Los tiempos de exposición son absurdamente largos, en flagrante contradicción con la tendencia a la inmediatez imperante en el mundo moderno. Aparte de esto, las incontables horas que pasemos en medio de un descampado solitario nos convierten en potenciales presas de lobos, coyotes y alimañas de toda especie, sin contar la pulmonía, el reuma o el simple tedio. Hay gente que encuentra esta circunstancia enormemente gratificante, pero, como dijo alguien, ha de haber gente para todo. Para todos aquellos que quereis presumir de foto astronóimica sin sufrir los rigores de la azarosa fortuna y las inclemencias del tiempo existe una solución sencilla:
Yo lo llamo la Fotografía de Foto Astronómica. Mucho más fácil, dónde va a parar. Ni siquiera tienes que mentir cuando te preguntan si la hiciste tú.
Más que nada que llevamos muchos días con el tema y ya cansa. Hoy quiero acabar comentando una foto sorprendente:
Alguno dirá que no es tan sorprendente. Se equivoca. No tiene nada que ver con el rojo/fucsia ni nada de eso, no va por ahí la cosa. Tampoco es por el hecho de ver a una familia con cuatro críos junto a un precipicio sin que el padre se lance al vacío. La foto está hecha en Utah, por lo que cabe deducir que son mormones. Su religión al parecer les obliga a tener una carretada de hijos. Si es una norma cruel y absurda, no seré yo quien lo diga. Cada palo que aguante su vela. Ya sabemos que las religiones son como son y criticarlas es tabú, de modo que punto y se acabó.
Lo verdaderamente alucinante de la foto es que tenemos seis personajes, doce manos, ciento veinte dedos… y ni una sóla cámara fotográfica. Tenemos los turistas, tenemos el paisaje, tenemos el punto de vista adecuado… y nada. Alguien piensa que esto es normal? Que no se nos oculta nada? Aquí está pasando algo altamente sospechoso y la única explicación posible sería que no hicieran fotospor motivos religiosos. Es así? Son los mormones enemigos de la fotografía? En Exodo 20:4 encontramos esto:
Lo que no nos aclara demasiado. Me he documentado, pero el señor Joseph Smith, fundador de los Santos de los Últimos Días, tampoco dejó dicho nada sobre el tema. Tuvo 50 esposas, o sea que otras preocupaciones tendría el hombre como para ir pensando en las fotos. Por otra parte, tuvo su primera visión en 1829, de modo que aún faltaban 10 años para el primer daguerrotipo. Yo pensaba que a lo mejor tenían prohíbido usar cacharros electrónicos, pero esos son los Amish. Que a lo mejor no pueden trabajar por ser Sabbath, pero esos son los judíos, y además no era sábado. Aquí se acaba mi conocimiento -escaso como se ve- de cosas de religiones. Si alguien es capaz de imaginar alguna otra explicación a tan extraño fenómeno estoy a su entera disposición.
El sábado estuve en el acto que montaron los muchachotes de Celistia para hablar de la foto de paisaje. No porque el tema me interese, no por ánimo de aprender, mis motivaciones son siempre más tortuosas. Es puro egoísmo. Simplemente no me puedo sustraer a la fascinación que me producen tan raros ejemplares de fotógrafo-filósofo-anacoreta-medieval. Y con esto no quiero decir que no tengan los últimos cacharros ni nada de eso, más bien me refiero a cosas más intangibles, extrañas de encontrar hoy día. Quien los conozca sabe de que hablo, quien no, ya tarda. No esperen pues una crónica del acto, que pueden encontrar aqui, o aqui.
Firmando autógrafos, en plan superstar
Lo que a mí me llamó la atención es que entre el personal este del paisaje, lo de trastear las fotos tiene muy mala prensa. Quedó establecido que Photoshop es cosa de Satanás, y hasta ahí bien, pero es que además se hizo anatema público del hecho de corregir las dominantes. Yo, a todo esto, callado, procurando poner cara de paisajista militante.
Las dominantes corregidas, como debe ser
Yo me desteté haciendo foto industrial, donde el verde fluorescente era tabú, y nunca salía de casa sin el termocolorímetro y el paquete de filtros Wratten de Kodak. Fue Tino Soriano el primero que me mostró que podías pasar de todo y aceptar sin más lo que viniese, pero para entonces yo ya llevaba años trabajando de una manera, y si una cosa me entra en la cabeza, ya se queda ahí para siempre, la flexibilidad no es lo mío.
Una dominante aceptada, para que no digan
El tema del color en una foto se reduce simplemente a dejar claro quién manda. A veces dejo una dominante, de acuerdo, pero pocas. Me jode enormemente que una fuente de luz me tenga que imponer a mí cómo va a ser el color de una foto, sólo porque tenga una frecuencia de onda más larga o más corta. Es su problema, no el mío. Así de simple. Aclarado pues que, en este tema, no nos pondremos de acuerdo.
Hubo muchas más cosas interesantes durante el día, pero ya iremos hablando cuando lo haya digerido. Albert Buendía dejó algunas perlas que me gustaría comentar con más calma, que es lunes y toca trabajar un poco.
Corrección: la frecuencia no es larga o corta, sino alta o baja. Gracias a R. Decker por el aviso.