Letrina con retrovisor y camello al fondo
Que podría ser el título de una obra de arte de esas modernas, pero en este caso no es sino la pura realidad mismamente:

Marruecos es asín
Estoy revisando las fotos para la exposición del día 15, que es ya mismo y voy a enviar convocatoria en breve, y puliendo los detalles del libro. Es por ello que he dedicado estas fiestas tan entrañables a meditar profundamente sobre el tema. El tema viene a ser la relación del váter con el Arte Moderno, así con mayúsculas. La gente poco sensible o de baja condición lo resumen, a su tosca manera, diciendo que todo el Arte Moderno es una mierda y tal, pero para espíritus refinados tal aseveración resulta zafia y excesivamente rudimentaria.

Marcel Duchamp [Public domain], via Wikimedia Commons
Lo curioso del caso es que todo el embrollo este del Arte Moderno tiene su origen en el urinario que Marcel Duchamp presentó en 1917 en el Salon des Independants argumentando que era una obra de arte. Las mentes obtusas de siempre argumentaron que aquello no era más que un meadero, y que si eso era arte, pues entonces cualquier cosa valía. Les suena de algo?. Sí amiguitos, ahí empezó el desmadre, en un meadero. Y no lo digo yo, que soy parte interesada. En 2004 500 expertos eligieron el mingitorio en cuestión como La Obra de Arte Más Influyente del Siglo XX. Picasso quedó en segunda posición y el farsante de Andy Warhol se tuvo que conformar con el tercer puesto.
Y todo esto nos llena de orgullo y satisfacción, como dice aquél. Todo el Arte Moderno tiene su origen en un meadero. Para que luego digan.