Retrato de una bióloga celular
Cuando me llamaron del Chronicle Herald con el encargo de hacer un retrato para un reportaje, debí sospechar que había gato encerrado. La víctima era Amy Curwin, bióloga celular (sea lo que sea eso). La trampa venía disfrazada de elogio: «Haz lo que quieras, tienes vía libre. Esperamos que nos sorprendas con algo muy creativo.»
De entrada parece perfecto, qué bien, voy a poder ser creativo, pero en el PRBB no está concebido como plató fotográfico. Los investigadores trabajan en cubículos minúsculos, de modo que acabamos montando el tenderete en un pasillo, con lo que fuimos víctimas de las bromas y chascarrillos de varios miles de investigadores que tuvieron a bien pasar por aquel punto en aquel momento concreto. Como no tienen presupuesto se entretienen con cualquier cosa mientras esperan el próximo recorte. Tuvimos que hacer la sesión durante la pausa del almuerzo, o sea que rápido, rápido venga fuera se acabó. Visto lo visto, el resultado no fue tan malo, y hasta me gusta

Eso sí. Se acuerdan de aquello de haz lo que quieras, sorprendenos, etcétera? Llevo demasiado en esto como para creer en los cuentos de hadas, de modo que hice lo de siempre: mandar una segunda versión más «normal» por si acaso. Adivinan cuál se ha publicado?