Inventos innecesarios.
Los cerebritos de Google y del MIT se han inventado un método para sacar una foto en condiciones a través de cualquier cosa que nos pongan por delante. Cristales sucios, reflejos indeseables, carteles, señoras gordas, cualquier cosa, ya te digo. La cosa se basa en un algoritmo, que nadie sabe muy bien qué coño es un algoritmo, pero que queda de lo más nerd. Sólo sabemos que es una cosa de gente inteligente, y con eso vamos tirando. Hacia el final del video, bola extra. No sólo te quita el reflejo, sino que encima te devuelve la foto del objeto reflejado por separado! Como si no fuese ya lo bastante alucinante. Si James Bond levantara la cabeza se iba a quedar a cuadros. Como te digo.
Ahora viene la segunda parte, ponerle un nombre un poco molón e implementarlo en los telefonillos. En cuatro días nos va a parecer de lo más normal. Lo de las fotos pastosas con reflejos guarrindongos te va a señalar inmediatamente como un cutre. O como un artista, que de todo hay.
Y todo este adelanto, toda esta maravilla de la tecnología, todo este logro del intelecto humano, lo vamos a usar para hacernos selfies a través de la ventana del hotel, para hacer fotos de la comida del bufet libre sin levantar el cristal -por aquello de la higiene- para tirar a bulto sin salir del coche -por aquello de la comodidad- y, en general, para hacer aún más gilipolleces de las que ya nos afligen ahora sin pausa ni remedio. Ya enumeramos hace tiempo la llamada Ley de la Incompetencia Proporcional. Pues bien, esto va a disparar los niveles de Incompetencia a niveles estratosféricos.
En estos momentos conviene recordar a Horacio: «Nil sine magno vita labore dedit mortalibus.»
No digan que no he avisado.