Nos engañan como a chinos

Credit: European Pressphoto Agency
¿Para qué se desplaza la gente hasta el culo del mundo? ¿Porqué aguantan humillaciones de compañías aéreas sin entrañas y afrontan penalidades sin cuento? Para hacerse una foto. Ni más ni menos.
Luego resulta que vas a Hong Kong y hay una contaminación del carajo y no se ven tres en un burro. Pues para eso están los carteles fake que se han montado los cerebros pensantes del lugar. Los chinos son gente práctica, que va al grano y no se están por tonterías. Nada más frustrante que recorrer medio planeta y no poder hacerse una triste foto en condiciones. A la gente normal, a la gente de bien, le da lo mismo la semiótica, el metalenguaje, la regla de los tercios o el sursum corda. Lo que quieren es una foto. A los que somos más de comernos la cabeza nos asaltan dudas. ¿Se considera trampa si el decorado es falso, pero estás en el lugar verdadero? ¿Valdría igual la foto si estuviese hecha, por decir algo, en Cuenca?
Lo digo porque a lo mejor estamos a tiempo de replantearnos lo del turismo de masas. Tanto trajín no puede ser bueno.
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