Durante el taller del sábado hicimos unos cuantos retratos a nuestro estupendo modelo Calvin Dexter. Que yo pedí una modelo con menos barba, pero la vida nos ha enseñado que hay que saber adaptarse a lo que hay, y eso es lo que hicimos. El objetivo era conseguir un retrato con carácter utilizando una sola fuente de luz y creo que podemos darlo por conseguido. Mérito del modelo, todo un profesional.
El posprocesado ha sido bastante suave, apenas ajustar un poco el color, aunque al final me dio por cambiar el fondo gris aburrido del estudio por algo un poco más épico que le diera un poquito más de ambiente. Bonus extra de dificultad a la hora de separar la barba del fondo (gris) pero eso ya es harina de otro costal. A ver si un día de estos podemos dedicar algunas horas a cuestiones de retoque, que siempre viene bien.
Aquí os dejo el esquema de luz utilizado, muy básico y sencillo como podeis ver.
El próximo 28 de noviembre nos vemos en el Espai fotogràfic Can Basté de Barcelona para hablar sobre retrato. Las plazas son limitadas, o sea que si te interesa, tienes toda la información aquí
Ayer estuvimos charlando sobre retoque avanzado de Photoshop: capas, canales, máscaras, selecciones, curvas, color, separación de frecuencias y todo el rollo completo. La cosa fue bastante densa, fruto de lo cual les explotó la cabeza a un par de asistentes, frustrando así una brillante carrera en el campo de la imagen, pero contribuyendo con su sacrificio a descongestionar el saturado panorama del mercado laboral.
Eso sí, continúo pensando que el resultado vaía la pena. En su momento ya avisé de que la toma era sólo el 50% del retrato y hubo quien pensó que era broma.
En una sesión anterior habíamos estado haciendo prácticas de iluminación. Ahora se trataba. básicamente, de reforzar el carácter del retrato, modelar el rostro, dar estructura a las luces, esas cosas. Denso pero divertido.
En el taller de Formentera contamos con la colaboración inestimable de un modelo de excepción, el farmacéutico local que dejó por un rato sus obligaciones para venir a posar en plan tipo duro. La idea era hacer un retrato de carácter, pero usando los mínimos recursos posibles. Al final acabamos usando dos flashes y un cartel anunciador del evento que hizo las funciones de reflector. A petición popular ahí va un pequeño esquema del asunto. Sencillo, como puede verse
El flash trasero nos dibuja un poco el perfil del personaje para separarlo del fondo y de paso le da luz de rebote al tatuaje. No nos dio tiempo a revelar y procesar, pero espero que tendremos más ocasiones. En cualquier caso, la foto original ya tenía prácticamente todos los elementos. Sólo le he cambiado el fondo y ajustado un poco los colores. Aqui el archivo original sin trastear, tal como salió de la cámara:
En resumen, una sesión divertida, como de hecho fue todo lo demás en estos días. Yo no sé si habremos aprendido algo, pero lo que es reirse, una jartá.
Ya están en marcha las inscripciones para el postgrado de fotografía digital de La Salle, en Barcelona. Una cosa presencial, en vivo y en directo como se ha hecho toda la vida. Nada de webinar y moderneces de esas. Un servidor de ustedes se encarga del asunto de la iluminación en retrato, pero contaremos con la presencia de 15 artistas invitados de altura: Hugo Rodríguez, Tino Soriano, y un largo etcétera que no cito por no hacer esto muy largo. Si queréis más información podéis encontrarla aqui.
Si eso, pues eso, que ya nos vemos a partir del 9 de febrero.
El martes pasado tuvimos la ocasión de charlar un rato largo, que a mí se me quedó corto, sobre retrato y esas cosas. Gracias infinitas a los asistentes por venir, y a la AFPM de Mataró por todo su trabajo. Lo de aprender algo ya es otro cantar, pero confío en que al menos pasamos un buen rato.
Este fin de semana hemos tenido curso de Strobist en Huelva. Aparte de hablar mucho, y realizar prácticas con los asistentes como la que ven arriba, tuvimos ocasión de probar a fondo los Phottix Odin.(Gracias César!). Falta hacía, porque mis Pocket Wizard están pidiendo ya el retiro. Eso lo bueno, porque por la parte negativa, el sol del sur brilló bastante por su ausencia, de modo que tuvimos que cambiar de planes por lo que respecta a las fotos de exterior
La otra pega reseñable sería el parte de bajas: Un flash Nikon SB28 de los buenos falleció en acto de servicio por efecto de la gravedad tras muchos años de fidelidad intachable. En breve será sustituido por un clónico coreano de 50 euros, acorde con los tiempos que corren.
Pero no como acostumbramos a hacer aquí, de manera errática y asilvestrada. Vamos a hablar largo y tendido y en carne mortal. La cosa tendrá lugar en el Museu Arxiu de Vilassar de Dalt el próximo 1 de octubre. Si alguien se anima todavía quedan plazas. Me está mal decirlo, pero creo que puede ser hasta interesante.
Las vacaciones son, para muchos aficionados, la oportunidad de romper con la rutina y ejercer como fotógrafo de viajes por unos días. Superando todos los obstáculos, la familia avanza como un pequeño comando bien entrenado con un objetivo claro: conseguir la foto. Una vez localizado un objetivo, El Pater Familias comanda y dirige a su tribu para conseguir el mejor punto de vista. El objetivo puede ser cualquier cosa, aquí depende de dónde ponga el listón estético el susodicho.
Hay gente que dispara a todo lo que se mueve y otros más selectivos. Lo que jode a todos por igual es la presencia de otros turistas en la foto. Ahí todos queremos ser exclusivos. No queremos extraños en nuestras fotos. Eso es difícil casi siempre, mucha más gente ha tenido la misma idea en el mismo momento, lo que produce situaciones bastante embarazosas.
Por suerte existen los emprendedores. Alguien se puso a pensar en el problema y el resultado fue un programa de software llamado Tourists Remover. El programa hace exactamente eso: quitar turistas. Es una suerte que los fotógrafos no vayan armados (una suerte para los otros turistas, se entiende). De lo contrario la ocupación hotelera caería en picado. Dejo para otro post el análisis de las capacidades paranormales de los pesados que se atraviesan en una foto y se coordinan entre sí para irse relevando, y de los poderes telepáticos de los peatones que cambian de acera y te pasan por detrás justo cuando tú quieres que pasen por delante. Cómo lo saben? Cómo lo hacen?. Eso sí que es un misterio.
Una de las soluciones más obvias para los que no quieran gente en sus fotos es irse a lugares remotos y solitarios. Ahí puedes hacer tus cosas sin que nadie te moleste. Si tienes pocos días o poco presupuesto la cosa puede ser un problema. En ese caso, te queda la opción de cambiar el punto de vista y darle un enfoque original a tus fotos. Si decides ir por ese camino, enhorabuena, ya has dado medio paso para salir del montón y vas a empezar a gozar del respeto de la plebe. Alguien que hace fotos de una montaña de estiércol en un descampado tiene que ser un artista, eso es impepinable. De todos modos, nos estamos desviando del tema inicial, de modo que tendremos que dejarlo para el siguiente post. Profundizaremos en este y otros aspectos durante la charlaque tendremos en el Espai Fotográfic el 1 de Octubre. Ahí podremos desviarnos sin problemas. Os espero!
Estamos en agosto y aquí no queda ni dios. (Está el papa, pero no es lo mismo.) Dónde han ido todos? La gente se ha movido siempre de un sitio para otro, pero nunca lo había hecho sin tener un buen motivo. Hasta la aparición del turismo de masas, el viaje era el último recurso ante la escabechina o la muerte por inanición. Viajar había sido siempre sinónimo de precariedad y penalidades sin cuento, y de un día para otro resulta que es un placer y un símbolo de estatus. Las compañías low cost y la seguridad aeroportuaria se están encargando de volver a resituar las cosas en su justa medida. Lo único malo de viajar al tuntún es que una vez llegamos al sitio tampoco sabemos muy bien que hacer. La solución es obvia: hacemos fotos. Hacer fotos parece ser la ocupación preferida de media humanidad. Lo mejor que puedes hacer sin quitarte los pantalones. No engorda y no es pecado.
La definición de un fotógrafo de viajes (un señor que viaja y hace fotos) peca de simplista. Por esa regla de tres todos los turistas mundiales del mundo mundial son fotógrafos de viajes, digo yo. Alex Webb ya intentó sin éxito diferenciar a los fotoreporteros de los aficionados, de modo que la cosa tiene su enjundia. Para empezar, vamos a ver si son ustedes capaces de notar las ocho diferencias. El de la derecha parece más profesional que el de la bolsa de plástico. ergo asumiremos que es un fotógrafo de viajes y el otro un vulgar turista:
Tras un análisis rápido llegamos a varias conclusiones precipitadas:
Un fotógrafo de viajes se busca un sitio apartado de las masas, de difícil acceso y, a poder ser, peligroso.
Un fotógrafo de viajes lleva un montón de equipo, a veces más, a veces menos, trípode siempre.
Un fotógrafo de viajes hace las fotos aunque no haga sol, incluso lo prefiere.
Un fotógrafo de viajes no va con la señora y los críos a cuestas. Se hartaron tiempo ha.
Lo único que no podemos asegurar es que el señor de la derecha vaya a hacer mejores fotos que el de la izquierda. Es más, yo le veo como más clásico, con su trípode el tío. Muy formal, muy rollo Ansel Adams, paisajista figurativo y eso. La propuesta del señor de la bosa de plástico en cambio, me suena mucho más transgresora y conceptualmente atrevida. Ya hemos visto algunas veces que no hace falta ser un genio de la técnica para hacer grandes fotos, que lo que importa es el concepto.
Complicada la cosa, como puede verse. De estas y otras cuestiones tendremos ocasión de hablar el 1 de Octubre próximo en el Espai Fotográfic. Si alguien se anima, allí nos veremos