La fotografía de viajes se basa en un proverbio latino: «Omne ignotum pro magnifico» que viene a significar que todo lo desconocido nos parece estupendo. O sea, que hacer una foto de las motos que esperan en un semáforo de la Gran Vía puede tener poco interés, pero si hacemos lo propio en Osaka la cosa cambia. Por el exotismo, y eso.
Lo que me ha llamado la atención, aparte de las Harleys en Japón, es que lo de las motos ya no es lo que era. Aquí hemos fotografiado moteros rebeldes, moteros sin moto y moteros pistoleros, pero siempre de género masculino. Ya tocaba dar un poco de variedad al asunto.
Dicen los que saben, que en los años 50 los editores del National Geographic exigían a los fotógrafos incluir en las fotos a alguien con una camisa roja. Tanto es así que se creó lo que se conoce Red Shirt School of Photography. Eran los inicios del Kodachrome y el rojo se veía superpotente, de modo que incluir un elemento rojo en la foto te aseguraba un hostión visual del carajo. Se ha escrito mucho sobre el color, la percepción, el cerebro y el sursum corda, pero creo que mi resumen es suficiente para entender la idea. Cuando vemos alguien vestido de rojo le hacemos una foto, es así de simple. No importa si está haciendo algo tan poco interesante como comerse un bocadillo.
El rojo nos atrae. Tal vez por eso los señores de la Feria visten a las azafatas de rojo. Para llamar la atención. Para que las miremos y nos llegue el mensaje. A alguien no le ha quedado claro que lo que sea que anuncia está en el Hall 7?. Aquí nadie da puntada sin hilo. Esta señora es un tratado de semiótica ambulante, pero ese tema ya lo tocamos ayer.
He resuelto una duda. Yo ya veía que esta foto no tenía demasiado interés, pero me intrigaba el proceso mental que me había motivado a apretar el botón. Pues eso, el rojo, el cerebro, la percepción visual, el kodachrome, esas cosas. Qué gran máquina es el cerebro humano. Cuántos misterios y cuántas paradojas alberga.
Les presento la obra maestra de Martin Elliott, fotógrafo de un sólo éxito.
El señor Elliott murió el año pasado dejando como única huella de su paso por este valle de lágrimas la foto en cuestión. No es poca cosa, ya quisiéramos muchos. Según dice la leyenda, se trata de la foto más vendida de la historia. El dato habría que contrastarlo, pero lo que es seguro es que todos la hemos visto alguna vez. Los más viejunos tal vez incluso la hayan tenido colgada en su habitación ayudándoles con los siempre problemáticos picores de la pubertad allá por los felices setenta. Lo más curioso de esta curiosa historia es que el señor Elliott continuó dedicándose a la fotografía hasta su muerte, sin volver a producir nada destacable ni, por supuesto, ninguna otra foto comparable en cuanto a éxito a la imagen de la tenista. La chica, por cierto era su novia, y no le fue al bueno de Elliott con el rollo de los derechos de imagen y esas zarandajas. Era una época de paz amor y buen rollo, y no cobró un duro en toda esta historia. Ah, qué tiempos aquellos!
Era el señor Elliott un fotógrafo mediocre? Posiblemente, aunque ni más ni menos que la mayoría de los que nos dedicamos a esto. Muchos fotógrafos son famosos por una sóla foto, independientemente de lo buenos o malos que pudieran ser. O alguien se ve capaz acaso de recordar una sóla foto de Alberto Korda que no sea la mítica estampa del Che?
La diferencia es que la foto del señor Elliott no está en los museos. Para mí el trasero de la tenista puede competir con el David de Miguel Angel y la Gioconda juntos, y encima salir ganando. Pero eso es una apreciación puramente personal. Ya he dicho varias veces que en temas de arte es mejor no meterse. Tener un sólo éxito en la vida es mejor que no tener ninguno, vamos digo yo. En el caso del señor Elliott encima, tenía una novia de las de mojar pan, jamonosa y predispuesta. confirmando que detrás de todo gran hombre hay siempre una gran mujer.
En cualquier caso, descanse en paz y que le quiten lo bailao. Si hay otra vida me pido ser él.
Ya llega el verano y el calor. Esta semana vuelvo a ir al Aquapark a hacer las fotos para la campaña del año que viene. Esto es así de raro. Hasta que el cliente las use (dentro de un año) no podré postearlas, pero para eso están las del año anterior, conservadas vírgenes por la misma regla de tres.