Adiós Canon, hola Sony
Después de analizados los resultados del viaje a Myanmar puedo confirmar que el experimento ha sido un éxito. El asunto consistía en viajar sin la Canon, y en lugar del habitual montón de chatarra, llevar la Sony a6000 por todo equipaje. Una camarita que cabe en un bolsillo o, si eres un poco hortera, como es mi caso, en una mariconera / riñonera junto al tabaco y el pasaporte.
Del descanso que supone ir ligero de equipaje no hace falta ni hablar. En algún momento me he cruzado con gentes sudorosas que cargaban monstruosos teleobjetivos grandes como el zapato de Miliki. Allá cada cual. Pero a mí va a costar convencerme de nuevo para cargar con según qué equipos para ir de viaje.
No voy a entrar en tecnicismos sobre el sensor, o el rango dinámico, o el sursum corda. Ya hay millones de páginas por ahí que se dedican y cada cual puede sacar sus conclusiones. Dicho esto, y considerando que el trabajo más delicado ya está cubierto por la Pentax 645Z, a la réflex de toda la vida le va quedando poco espacio.
Y por cierto, los señores de Canon/Nikon ya pueden empezar a hacérselo mirar.