Solución para el problema del polvo en el objetivo: limpiarlo
Aquí hemos hablado muchas veces del polvo en el sensor, aqui, y aqui, pero a veces perdemos de vista algo mucho más tonto: el polvo en el objetivo. Para detectar el problema sólo hace falta disparar a contraluz. Vale cualquier cosa, un niño, un cactus, un ornitorrinco, da lo mismo. También puedes echarle una ojeada analógica (sorprendente), o incluso, si eres uno de esos pijos metrosexuales, limpiarlo de vez en cuando, haga o no haga falta.
Hay gente que usa toallitas especiales, gamuzas de microfibra, y chuminadas diversas en general. Si quieres usarlas, adelante, pero actúa con discrección, tenemos una imagen que mantener. Si hay público presente, lo suyo es usar la camiseta, pero con estilo, mirando como al descuido al horizonte, no sea que nos perdamos el momento decisivo. Tal vez se joda un poco el filtro, pero para eso está.
Eso sí, sea cual sea el método, procura hacerlo a menudo. Según por donde viajas la cosa polvorienta se acumula que da gusto. Te puedes encontrar volviendo a casa con un montón de basura, literal y fotográficamente hablando. Y tampoco es eso.