Sobre talleres extintos
Los que tenemos una edad (y una Hasselblad) recordamos con añoranza el taller que el Señor Bernal tenía en el Pla de Palau de Barcelona. El señor Bernal era un hombre tranquilo y afable, pero también un profesional que poseía un conocimiento absoluto de los más recónditos mecanismos de una Hasselblad. Llevaba un registro exacto y riguroso de cuantas cámaras pasaban por sus manos en pequeñas fichas de cartón donde anotaba hasta el mínimo detalle con caligrafía cuidadosa. El señor Bernal tuvo que cerrar el negocio, debido en parte a la edad, y en parte a la política empresarial de Power Point que se instaló entre nosotros años ha.
Su taller fue sustituido por un chiringuito de diseño, donde una mercenaria con minifalda vegetaba sin molestarse en disimular el tedio que todo aquello le causaba. Yo, que conservaba una cierta fe en la marca sueca, sentí que el mismísimo Victor Hasselblad se revolvería en su tumba si pudiera ver aquel despropósito. Incluso la cámara se negó a someterse a tamaña ignominia, porque desde entonces no se ha vuelto a estropear. También hay que decir que el uso que le doy ya no es el que era, pero eso son detalles sin importancia.
Intuyo que el señor Bernal se hubiera merecido un cierto homenaje como despedida. En ningún otro taller me han reñido como lo hacía el señor Bernal cuando pensaba que no cuidaba la cámara como debiera. Bueno, en Arpí -otro taller desaparecido- también me habían reñido, pero la cosa era diferente. Forzosamente menos doméstica y entrañable. En sus tiempos era una especie de cueva misteriosa, incrustada en un soportal de la plaza Real donde jamás había llegado la luz del sol. El lugar estaba repleto de ampliadoras gigantescas procedentes del cretácico superior y taciturnos personajes vestidos con bata gris, que pululaban a sus cosas, ajenos al cotidiano devenir del resto de los mortales.
Ahora me entero de que en Arpí también están de reducción de plantillas, y EREs, y todo el asunto. Por otra parte, y no todo iban a ser malas noticias, el chiringuito de diseño duró lo que duran estas cosas, y ahora lo de Hasselblad lo lleva un taller de los de toda la vida, exento de diseño, en el que tengo depositadas grandes esperanzas. Acabamos de empezar una relación y de momento estamos viendo si la cosa funciona. Se verá.
Excelent (com sempre). He viatjat en el temps. Moltes gràcies!
Demomento en el único taller que he entrado yo ha sido en el del coche…tampoco tengo grandes recuerdos. Espero tener unos recuerdos mejores el día que entre en un taller de cámaras.