Semiótica del cipote
Hoy vamos a comentar algunas particularidades de los carteles toileteros. Carteles que, en su afán de simplificar necesitan hacer más evidentes algunos detalles por aquello de la semiótica.
Este entrañable cartel podría formar parte de un curso de adiestramiento para varones asilvestrados. Hay opiniones y debates encendidos sobre cuál es la postura más adecuada a la hora de usar la taza del váter, y no vamos a entrar en esa polémica. Yo lo que le veo es un tamaño un pelin desproporcionado al asunto (habrá quien opine lo contrario, claro está) pero es por cuestiones de lectura visual. Un cipotón semiótico, para entendernos. Veamos otros ejemplos
Si no quieres caldo, dos tazas. Aquí ya entramos de lleno en la ciencia ficción. Obsérvese la distancia exagerada a la que debe situarse el sujeto, distancia que requiere de una cierta puntería que no se obtiene si no es con mucha práctica. El extraño goteo, unido al nivel de tumefacción del miembro, podrían ser interpretados de manera un tanto equívoca. Hay mucha mente sucia por ahí. Suspenso en semiótica. Vayamos a otro ejemplo.
Más corto, pero más robusto, y además cuadrado. Made in Germany. Quedan claras dos cosas. Una, que los alemanes se curan en salud y reparten para todos lados por aquello de la igualdad de géneros. Dos, que los referentes del autor son Nacho Vidal y Pamela Anderson. Lo de poner una H y una D parece de todo punto superfluo, pero hay gente muy lerda por ahí y más vale evitar equívocos. Mis escasas nociones de alemán sólo me permite entender el precio de la micción: 50 céntimos. Una bagatela
Así de fascinante es el mundo en el #toiletplanet
El gráfico del meódromo germano, me ha recordado la celebre frase de Mae West… «¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?» en fin, que mas parece advertir del riesgo de atraco a mano armada, que de un área de aligeramiento de próstata….
Aun que es cierto, que a veces lo de los cartelitos diseñosos inducen a equívocos en aras de la modernidad. Cuando re-inauguraron la cervecería Moritz en Barcelona, y para distinguir el sexo de los WC’s, usaron el logotipo de la marca (una M), y el mismo logotipo invertido (una W) pensando que el público los asociaría con los vocablos ingleses, men y women.
Idea brillante pero con dos pequeños fallos…
cuando la cosa aprieta, nadie está para resolver puzzles estilo «brain training»…
ademas vivimos en un puñetero país en el que ni siquiera el Presidente del Gobierno habla inglés!!
Total que se vivieron unas cuantas escenas curiosas (creo que ya está solucionado el tema).
Más que pistola una recortada…