Psicoanálisis del fotógrafo de viajes (II)
Las vacaciones son, para muchos aficionados, la oportunidad de romper con la rutina y ejercer como fotógrafo de viajes por unos días. Superando todos los obstáculos, la familia avanza como un pequeño comando bien entrenado con un objetivo claro: conseguir la foto. Una vez localizado un objetivo, El Pater Familias comanda y dirige a su tribu para conseguir el mejor punto de vista. El objetivo puede ser cualquier cosa, aquí depende de dónde ponga el listón estético el susodicho.

Hay gente que dispara a todo lo que se mueve y otros más selectivos. Lo que jode a todos por igual es la presencia de otros turistas en la foto. Ahí todos queremos ser exclusivos. No queremos extraños en nuestras fotos. Eso es difícil casi siempre, mucha más gente ha tenido la misma idea en el mismo momento, lo que produce situaciones bastante embarazosas.

Por suerte existen los emprendedores. Alguien se puso a pensar en el problema y el resultado fue un programa de software llamado Tourists Remover. El programa hace exactamente eso: quitar turistas. Es una suerte que los fotógrafos no vayan armados (una suerte para los otros turistas, se entiende). De lo contrario la ocupación hotelera caería en picado. Dejo para otro post el análisis de las capacidades paranormales de los pesados que se atraviesan en una foto y se coordinan entre sí para irse relevando, y de los poderes telepáticos de los peatones que cambian de acera y te pasan por detrás justo cuando tú quieres que pasen por delante. Cómo lo saben? Cómo lo hacen?. Eso sí que es un misterio.

Una de las soluciones más obvias para los que no quieran gente en sus fotos es irse a lugares remotos y solitarios. Ahí puedes hacer tus cosas sin que nadie te moleste. Si tienes pocos días o poco presupuesto la cosa puede ser un problema. En ese caso, te queda la opción de cambiar el punto de vista y darle un enfoque original a tus fotos. Si decides ir por ese camino, enhorabuena, ya has dado medio paso para salir del montón y vas a empezar a gozar del respeto de la plebe. Alguien que hace fotos de una montaña de estiércol en un descampado tiene que ser un artista, eso es impepinable. De todos modos, nos estamos desviando del tema inicial, de modo que tendremos que dejarlo para el siguiente post. Profundizaremos en este y otros aspectos durante la charla que tendremos en el Espai Fotográfic el 1 de Octubre. Ahí podremos desviarnos sin problemas. Os espero!
La primera me ha recordado a una famosa foto de Martin Parr de una pareja sentada de espaldas en un banco frente a la estatua de la libertad.
El siguiente post promete…
Martin Parr. Vaya lujo.
Perdón, de la libertad no es la estatua, pero la foto es la reostia:
http://www.google.es/imgres?q=martin+parr&hl=es&sa=X&rlz=1W1ADSA_es&tbm=isch&tbnid=-nX_RptISP_XhM:&imgrefurl=http://english.mashkulture.net/2011/03/07/martin-parr-bored-couples/&docid=6b4SHPvElxGWdM&w=540&h=439&ei=NtxdTregJsPIswbh4ZGQDw&zoom=1&chk=sbg&iact=hc&vpx=1226&vpy=314&dur=421&hovh=202&hovw=249&tx=172&ty=68&page=19&tbnh=157&tbnw=193&start=470&ndsp=27&ved=1t:429,r:13,s:470&biw=1519&bih=828
Precisamente la genial serie «Small World» de Martin Parr refleja muy bien este tema, haciendo justo lo contrario… centrando su atención en los turistas, más que en los lugares.
En un viaje por el sudoeste de Estados Unidos comprobé que cuando paraba el coche en algún lugar de la carretera porque había algo que me interesaba o simplemente paraba para descansar, automáticamente se paraban más coches, creo que pensando que si yo estaba en ese lugar con una cámara era por que había algo de interés, normalmente lo había así que hacíamos todos la misma foto, pero en otras ocasiones solo había algo que me interesaba a mí y ellos no comprendía e incluso alguna veces no había absolutamente nada, entonces se ponían en marcha entre indignados y consternados. Otra cosa que me gusta hacer es cuando veo a gente con cámaras, es teatro, cojo mi cámara dejo que me vean y entonces me pongo en algún ángulo extraño y disparo hacia la nada ,pero haciendo ver que algo interesante se les escapa a todos, después me alejo y me quedo observando, la mitad de la gente que estaba a mi alrededor hacen la misma foto que yo hacia la nada, tengo algunas fotos curiosas de esto.
Bravo Ruben! Nada más gratificante que el terrorismo fotográfico de baja intensidad. Habrá que estudiar el tema más a fondo.
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