La vida en 3D
Hacer un corto amateur es un acto de pura voluntad, una carrera agotadora contra el tiempo y los obstáculos. Escribirlo, prepararlo, convencer a la gente, coordinarlos a todos, rodarlo, montarlo y un largo etcétera, todo ello sin descuidar el trabajo, los niños, la colada y todo un sinfín de banalidades mundanas puestas en tu camino para entorpecerlo y poner a prueba tu determinación. Pretender que encima salga bien es ya pura ciencia ficción. Tras muchas peripecias, ayer se estrenó en el festival de Cineastes de Granollers La vida en 3D, un corto que viene a ser la continuación de La media neurona. Si éste les pareció un rollo, prepárense. La parte buena: son sólo 6 minutillos de nada.