Error 01. De nuevo gracias, Canon
Una cosa que ha dejado de tener sentido -si alguna vez lo tuvo- es el sentimiento de “ser” de Canon o Nikon, como quien es del Barça o de la Virgen de la Macarena. Soy un consumidor, no un adepto, pero si de golpe me viniera la vena religiosa y tuviera que tener fe en algo, seguro que no sería en una marca de electrodomésticos.
A cambio de esa lealtad, qué te ofrece Canon? (o Nikon, da igual). Cámaras que ya tienen su recambio cuando aún están por anunciarse. Tristes objetos que empiezan a caducar apenas los sacas del envoltorio, y cuya vida es una fugaz cuenta atrás. Por suerte es imposible cogerles cariño, porque los vas a tener que sacrificar dentro de dos días. No es nada personal, son sólo negocios, y está claro que el sentimentalismo en estos casos está de más.

Las marcas se esfuerzan para captar a los profesionales, pero no porque aportemos grandes beneficios a su cuenta de resultados, sino como reclamo para los aficionados y el público consumidor en general, verdadera gallina de los huevos de oro en todo este tinglado. Como profesional, tengo diversas tarjetitas de plástico con mi nombre impreso, tanto de Canon como de Nikon, que me dan derecho a… nada. Son chulas y poco más. Con la de Nikon quito el hielo del parabrisas del coche en invierno, de modo que al menos me sirve para algo. Las otras las guardo en el montón de las que no se usan: la del video club, la del caprabo la del gimnasio…
Así pues las cosas, cuando llega el momento de comprar nuevo material acabas pagando precios de escándalo por flashes que no funcionan o por objetivos que tienen una rayita roja porque se supone que son mejores.

Hoy,el 24-105 L me ha dejado tirado. Error 01, decía. Una breve búsqueda por internet me revela que el error es característico de esta óptica. Que es un cable que se corta por el uso. Que le pasa a todo el mundo, y que me va a costar unos 300 eurillos de nada. Eso, en una óptica presuntamente profesional y que cuesta el doble que otras que hay en el mercado.
Señores de Canon (o Nikon, da igual) no somos sus fans, evidentemente no somos sus amigos, ni siquiera somos sus clientes.
Somos sus rehenes.