El tontódromo
Hay una plaza en mi pueblo, a la que en mis años mozos llamábamos El Tontódromo. Los domingos por la tarde acudían los lugareños a pasear con la novia, a ver y que les vieran, a pasar las horas mirando escaparates y comiendo pipas. La verdad es que cada pueblo tiene uno, y Dubai no podía ser menos. Aquí le llaman la JBR Walk, y la diferencia principal con la plaza de mi pueblo, reside en que aquí vienen a enseñar el coche.
Como estamos hablando de un nivel un poco serio, aquí no se ponen por poco, y los Ferraris y los Porsches son la nota dominante. Como el atasco es monumental, da tiempo de sobra para hacer el fantasma, y el espectáculo viene a ser como una mezcla del Rocío con el salón del Automóvil versión Premium. Hasta ahí todo normal, lo que ya sorprende un poco más, y sitúa el nivel del despropósito en cotas realmente interesantes, es cuando se presenta la policía
Y se presentan con un Lamborghini Aventador. Si señor, con un par. Nada de medias tintas, nada de quiero y no puedo. Aquí hay poderío y hay que lucirlo, y lo demás son cuentos. Lo que no tengo claro es qué pasa si te detienen, porque me da que el asiento trasero no da para mucho.