Reflexión en torno a un váter en el Golfo de Omán.

Estamos todos como locos removiendo rincones y claro, van apareciendo cosas que tenías en el limbo de temas pendientes. En mi caso, miles de fotos de váteres, recuerdo de los tiempos en que podías moverte por el mundo sin más problema que una cierta culpabilidad -perfectamente sobrellevable- por aquello de cargarse el planeta y tal.
El aliviadero que ven se encuentra en el pintoresco emirato de Al Fujairah. Lugar encantador si obviamos los 40 grados a la sombra, detalle menor que no debería condicionar nuestro criterio y sobre el cual no vale la pena insistir. Por verle el lado positivo, poca gente y espacio para aparcar en abundancia
Como váter no tiene gran cosa, pero ya en su momento me llamó la atención el intrigante cartel de los cuatro señores del turbante. ¿Es propaganda electoral? ¿Publicidad de un despacho de abogados? ¿Era esa la mejor foto que tenían? ¿Está al lado del váter por alguna razón?
Muchas preguntas y pocas certezas, porque cuanto más sabemos, más conscientes somos de la vastedad de nuestra ignorancia. Einstein (dato sin contrastar) utilizó la geometría para demostrar que, a medida que expandimos el diámetro de nuestro conocimiento también lo hace la zona de sombras alrededor que delimita el campo de nuestra ignorancia. Esto fue lo que pensé en su momento, pero poco rato. Si te quedas un rato plantado al sol reflexionando sobre el tema puedes sentir cómo se te derriten partes del cerebro. No llega a ser desagradable pero es un poco inquietante.
Qué divertida locura, la tuya.