Placeres japoneses

Al contrario de lo que mucha gente piensa, un viaje por Japón es extremadamente relajante. Tras pasar unas semanas entre tanta serenidad y armonía vuelvo al caos, el ruido y la furia. Previsible. Siempre que te vas por ahí te esperan a la vuelta todos los marrones que dejaste atrás corregidos y aumentados, pero tenerlo previsto no ayuda gran cosa porque siempre hay alguna sorpresa para joderte un poquito más de maneras inesperadas. En mi caso un desastre informático estándar del que aún me estoy recuperando. La entropía no hace vacaciones.
Dice Noah Harari que el caos de nivel dos es un caos que reacciona a las predicciones sobre él, y por lo tanto nunca se puede predecir de forma exacta. Es lo que tiene ser un poco leído. Te pasan las mismas cosas que a todo el mundo, pero alguien más listo que tú las ha explicado con sencillez y elegancia. Hasta ahora pensaba que mi trabajo era como apagar fuegos mientras toco la trompeta subido a una escalera haciendo malabares con un mono en la cabeza. Ahora sé que eso es simplemente la vida del fotógrafo: un caos de nivel 2