Pues no, la Canon no es sumergible
Esta es la última imagen que tomó la 5D MKII antes de sucumbir en acto de servicio. Estaba haciendo un trabajo la semana pasada para un parque acuático, de esos con toboganes y niños gritando, cuando un error de cálculo me sacudió encima un tsunami pequeñito, pero cabrón.
La guerra con el agua no viene de ahora, que en su momento ya tuvimos un conflicto por culpa de una piscina tropical. De aquella salimos, pero ahora los pronósticos son sombríos y todo apunta que habrá que plantearse la compra de equipo nuevo.
Por un lado, ganas de cambiar, pero me suena que abandonar Canon va a ser como quien deja una secta. Qué pereza.
Por otro, lo del malo conocido, siempre más cómodo que el bueno por conocer.
Por último, y definitivo, que me da bastante igual una cosa que otra con tal que funcione. Así de budistas hemos vuelto del verano.
Eres la po… Siempre me parto con tu creatividad literaria. En otra vida tenemos que ser amigos.
Lo de la otra vida lo tengo bastante abandonado, o sea que mal lo llevamos